Píldoras de Comunicación
Píldoras de Comunicación
Fortalecer tu Marca: La fórmula para ahorrar en Marketing y Ventas
La marca es uno de los activos más importantes de cualquier empresa. Una marca fuertes es un imán para los públicos, una barrera anticrisis y una diferenciación y ventaja competitiva genuina y añade valor, tanto a la empresa, como a los productos.
Hoy vamos a explorar un tema muy interesante: cómo el hecho de fortalecer tu marca puede generar ahorros importantes en tus acciones de marketing y ventas. Una estrategia de marca eficaz puede convertirse en la inversión más inteligente para un negocio, ya que la marca será como un imán para sus públicos y un importante escudo ante cualquier crisis.
Para empezar, hay que dejar claro, aunque se repite hasta la saciedad, que una marca fuerte no solo es un logotipo llamativo o un eslogan pegadizo; es la percepción que los consumidores tienen de la empresa y su reputación. Una marca sólida genera confianza, lealtad y una conexión emocional con la audiencia. Al construir una marca sólida, estás construyendo una relación duradera con tus públicos.
Como ya sabes, una marca fuerte te permite diferenciarte de la competencia y posicionarte en la mente de los consumidores como la mejor opción. Al comunicar eficazmente los valores y beneficios únicos de tu producto o servicio, puedes captar la atención de tu público objetivo y mantenerla a lo largo del tiempo. Esto significa que no tendrás que gastar grandes sumas de dinero en campañas de marketing constantes para mantener la relevancia y captar nuevos clientes potenciales. Tu marca habla por sí misma y se convierte en tu mejor embajadora.
Fortalecer tu marca también ayuda a fidelizar a tus clientes actuales. Cuando los públicos confían en tu marca, es más probable que regresen y compren nuevamente. En lugar de invertir en estrategias caras, para captar la atención de nuevos compradores, puedes enfocarte en brindar una experiencia excepcional a tus clientes actuales y convertirlos en promotores de tu marca. Estos prescriptores no solo compran repetidamente, sino que también recomiendan tu empresa a amigos, familiares y conocidos, generando un efecto positivo en las ventas, sin coste adicional.
Por otro lado, tener una marca sólida te brinda una ventaja clave, como es una comunicación más eficiente. Cuando tienes una identidad de marca claramente definida, resulta mucho más sencillo decidir qué mensajes transmitir y cómo hacerlo. Esto evita la dispersión y el gasto innecesario de recursos en esfuerzos de comunicación, que no están en línea con tus objetivos. Tu marca actúa como una brújula, que te guía hacia la creación de contenido relevante y efectivo, ahorrándote tiempo y dinero en el proceso.
Otro aspecto a tener en cuenta es que una marca sólida puede abrir las puertas a importantes alianzas estratégicas y a diversas colaboraciones. Cuando tu empresa se ha ganado una buena reputación y cuenta con una identidad de marca sólida, otras organizaciones estarán más dispuestas a asociarse contigo. Estas colaboraciones pueden llevar a acuerdos comerciales, co-marketing o incluso ahorros en la adquisición de recursos compartidos. Al fortalecer tu marca, estás aumentando tu atractivo como socio comercial, lo que puede llevar a beneficios económicos considerables.
Como hemos visto hasta el momento, la marca, es una importantísima ventaja competitiva, que actúa como palanca del propio negocio.
Pero, además, la marca, por sí misma, tiene un valor propio que se transmite a los productos o servicios ofrecidos por la empresa. Muchas personas están dispuestas a pagar más por un producto similar a otro, pero de una determinada marca, por la imagen que esta proyecta.
La marca es percibida de una determinada manera por parte de los públicos, que le atribuyen unas características propias y un reconocimiento. Estos atributos pasan a sus productos o servicios y provocan una percepción de mayor valor y, por lo tanto, pueden venderse con un precio más alto.
Esto es muy claro en sectores como el del lujo, pero ocurre en casi todos, por diversas razones. Podemos tomar como ejemplo los aficionados al deporte. La ropa deportiva, las zapatillas o los elementos específicos como raquetas, palas, balones, etc. son elementos clave. A igualdad de características, la percepción de valor no es la misma para una marca como Adidas o Nike que para una marca propia de Decathlon.
El proceso es el siguiente: la marca tiene unos atributos que la identifican, un posicionamiento y una reputación, además de asociarse a unos determinados valores. Todas esas características se trasladan a sus productos o servicios y los clientes, desean adquirirlos aspirando a que se trasladen, asimismo, a su propia imagen personal o profesional.
Esto proporciona importantes ventajas, además de los ahorros en marketing y ventas de los que ya hemos hablado, como la posibilidad de tener una mejor posición en el mercado, mayor capacidad para lanzar nuevos productos y servicios, puesto que serán acogidos más fácilmente por sus públicos y precios más altos.
Sin embargo, es importante destacar que alcanzar esos objetivos es un proceso que requiere tiempo. Así como las acciones de marketing se enfocan en el corto plazo o como mucho, en el medio plazo, la comunicación de marca es una carrera de fondo, que mira hacia el largo plazo.
En ese sentido, marketing y comunicación son complementarios y no excluyentes. Al principio del nacimiento de una empresa, el esfuerzo de marketing deberá ser mucho mayor para captar negocio, ya que su marca será poco visible y tendrá que ir visibilizándose en paralelo. A medida que la marca alcance una mayor notoriedad, la inversión en marketing podrá verse reducida.
En resumen, no es una cuestión en la que haya que elegir una u otra opción. Muchas empresas se enfocan únicamente en las acciones de captación y venta, sin tener en cuenta la importancia de ir trabajando su marca, convenientemente. Por otro lado, centrarse solo en la marca no sería viable, porque los resultados no se obtienen en un plazo reducido de tiempo.
Además, es importante tener en cuenta que, si detrás de la marca no hay productos y servicios de calidad, una buena atención al cliente y una experiencia excepcional, todos los esfuerzos fracasarán.
El proceso para crear, hacer crecer y consolidar una marca pasa por varias fases. Las más importantes son:
1. Desarrollar la marca en todos sus aspectos:
a. Su definición: propósito, misión, visión y valores
b. Su identidad visual y todos sus elementos
c. Su identidad verbal o textual
d. Su identidad sonora, si es necesario
2. Definir un plan de comunicación adecuado, en función de los objetivos y los públicos, seleccionando los canales y medios más apropiados, combinando medios propios, ganados y pagados.
3. Aplicarlo de forma constante y coherente a lo largo del tiempo.
Por último, es inevitable comentar que la marca es un intangible y, por lo tanto, su medición no es sencilla. Así como en las acciones de marketing, especialmente, en el ámbito digital, los resultados pueden registrarse y analizarse con relativa facilidad, en cuestión de marca, esto no es tan sencillo y no hay un ROI directo e inmediato. Medir la marca supone realizar estudios y auditorías en los que pueda reflejarse el conocimiento que el mercado tiene de la marca, su popularidad, el nivel de recuerdo, etc.
Como hemos visto a lo largo de este episodio, fortalecer tu marca puede conducir a ahorros significativos en acciones de marketing y ventas. Una marca fuerte te diferencia de la competencia, fideliza a tus clientes existentes, te brinda una comunicación más eficiente y abre todo tipo de oportunidades de negocio. Recuerda que construir una marca sólida no es solo una inversión, es una estrategia para impulsar el crecimiento sostenible de tu negocio. Así que, ¡no subestimes su poder! Te espero en el próximo episodio de Píldoras de Comunicación.