Corpus Christi
Los primeros cristianos tardaron tiempo en darse cuenta de que Jesús estaba presente en la Eucaristía. Al principio no habían sagrarios. Celebraban la Misa en sus casas. No tuvieron iglesias hasta después de que se acabaran las persecuciones. Solían guardar la comunión para la gente que no podía venir Misa y para los enfermos. Poco a poco se dieron cuenta de que Jesús estaba con ellos y lo pusieron en la mejor habitación de la casa. Aprovecharon su presencia para estar con él y acompañarle.
Santa Juliana de Lieja, nacida en lo que es ahora Bélgica, tenía una gran devoción al Santísimo Sacramento. Cuando tenía 16 años, tuvo una visión en que la Iglesia estaba representada como una luna llena, con una franja negra cruzándola. Entendió que esa línea oscura representaba la ausencia de una fiesta en honor al Cuerpo y la Sangre de Jesús. Entonces sólo había la fiesta del Jueves Santo, la celebración de la institución de la Eucaristía. Estaba atrancada en medio de la Semana Santa. Santa Juliana consiguió convencer al obispo de su diócesis para celebrar por primera vez la fiesta del Corpus Christi. Un sacerdote de esa diócesis fue elegido Papa e instituyó la fiesta para toda la Iglesia. Es bueno tener un amigo que es nombrado Papa. Urbano IV pidió a San Buenaventura y Santo Tomás de Aquino que escribieran las oraciones de la Misa. Cuando Santo Tomás leyó las suyas primero, San Buenaventura lloró de emoción y destruyó las suyas. Son las maravillosas oraciones de la Misa de hoy.
Benedicto XVI dice que los tres pilares en los que se fundamentan la espiritualidad de Juan Pablo II son la cruz, la Virgen y la Eucaristía. Para que un taburete se mantenga en pie, necesita por lo menos tres patas. ¿Cuáles son las columnas de nuestra vida espiritual? Juan Pablo II explica sus sentimientos acerca de la Eucaristía: “La capilla ha sido siempre para mí un lugar especial de inspiración. Es un privilegio el poder vivir y trabajar a la sombra de su presencia. No hace falta estar físicamente presente en la capilla, para estar presente delante del Santísimo Sacramento.” ¿Cuál es el lugar del sagrario en mi vida? Podemos pedirle al Papa santo que nos ayude a venir aquí más a menudo y que nos aumente fe.
Si creemos que Jesús está aquí en el sagrario, intentaremos pasar más tiempo con él, e iremos más a menudo a una iglesia cercana para acompañarle. En el libro el Hobbit de Tolkien, cuando Bilbo se pierde por las cuevas, se encuentra con Gollum, que quiere comérselo. Bilbo le propone un juego de acertijos para salvar su vida. Cuando no puede acertar la última adivinanza, y Gollum se acerca para comérselo, Bilbo exclama en desesperación: “Tiempo, dame más tiempo.” Esa era la respuesta del acertijo. Esa es la respuesta a todos nuestros problemas. Jesús nos dice lo mismo: “Tiempo, dame más tiempo.” Necesitamos pasar más tiempo delante del Santísimo Sacramento.
San Juan Pablo II está enterrado en la Basílica de San Pedro, entre la capilla de la Piedad de Miguel Ángel y la capilla del sagrario, subrayando sus dos amores: Jesús y María. También nosotros deberíamos sepultarnos entre esos dos pilares.
josephpich@gmail.com
Corpus Christi
Los primeros cristianos tardaron tiempo en darse cuenta de que Jesús estaba presente en la Eucaristía. Al principio no habían sagrarios. Celebraban la Misa en sus casas. No tuvieron iglesias hasta después de que se acabaran las persecuciones. Solían guardar la comunión para la gente que no podía venir Misa y para los enfermos. Poco a poco se dieron cuenta de que Jesús estaba con ellos y lo pusieron en la mejor habitación de la casa. Aprovecharon su presencia para estar con él y acompañarle.
Santa Juliana de Lieja, nacida en lo que es ahora Bélgica, tenía una gran devoción al Santísimo Sacramento. Cuando tenía 16 años, tuvo una visión en que la Iglesia estaba representada como una luna llena, con una franja negra cruzándola. Entendió que esa línea oscura representaba la ausencia de una fiesta en honor al Cuerpo y la Sangre de Jesús. Entonces sólo había la fiesta del Jueves Santo, la celebración de la institución de la Eucaristía. Estaba atrancada en medio de la Semana Santa. Santa Juliana consiguió convencer al obispo de su diócesis para celebrar por primera vez la fiesta del Corpus Christi. Un sacerdote de esa diócesis fue elegido Papa e instituyó la fiesta para toda la Iglesia. Es bueno tener un amigo que es nombrado Papa. Urbano IV pidió a San Buenaventura y Santo Tomás de Aquino que escribieran las oraciones de la Misa. Cuando Santo Tomás leyó las suyas primero, San Buenaventura lloró de emoción y destruyó las suyas. Son las maravillosas oraciones de la Misa de hoy.
Benedicto XVI dice que los tres pilares en los que se fundamentan la espiritualidad de Juan Pablo II son la cruz, la Virgen y la Eucaristía. Para que un taburete se mantenga en pie, necesita por lo menos tres patas. ¿Cuáles son las columnas de nuestra vida espiritual? Juan Pablo II explica sus sentimientos acerca de la Eucaristía: “La capilla ha sido siempre para mí un lugar especial de inspiración. Es un privilegio el poder vivir y trabajar a la sombra de su presencia. No hace falta estar físicamente presente en la capilla, para estar presente delante del Santísimo Sacramento.” ¿Cuál es el lugar del sagrario en mi vida? Podemos pedirle al Papa santo que nos ayude a venir aquí más a menudo y que nos aumente fe.
Si creemos que Jesús está aquí en el sagrario, intentaremos pasar más tiempo con él, e iremos más a menudo a una iglesia cercana para acompañarle. En el libro el Hobbit de Tolkien, cuando Bilbo se pierde por las cuevas, se encuentra con Gollum, que quiere comérselo. Bilbo le propone un juego de acertijos para salvar su vida. Cuando no puede acertar la última adivinanza, y Gollum se acerca para comérselo, Bilbo exclama en desesperación: “Tiempo, dame más tiempo.” Esa era la respuesta del acertijo. Esa es la respuesta a todos nuestros problemas. Jesús nos dice lo mismo: “Tiempo, dame más tiempo.” Necesitamos pasar más tiempo delante del Santísimo Sacramento.
San Juan Pablo II está enterrado en la Basílica de San Pedro, entre la capilla de la Piedad de Miguel Ángel y la capilla del sagrario, subrayando sus dos amores: Jesús y María. También nosotros deberíamos sepultarnos entre esos dos pilares.
josephpich@gmail.com