MEDITACIÓN GUIADA para SUPERAR LA CULPA - Perdónate y suelta el pasado

La culpa es algo que se nos ha inculcado. La idea del bien y el mal va más allá de los valores del SER mismo, que siempre tienda a no dañar al prójimo y evitar hacer a los demás, lo que a uno no le gusta que le hagan. Sin embargo, esto se ha extrapolado en nuestra infancia a la hora de desear que a uno le amen y ha creado esa necesidad de contentar al otro. Y de ahí, llega el sentimiento de culpa. Culpa por seguir tu corazón, culpa por decir lo que sientes, culpa por amar, culpa por no amar, culpa por sentirse insuficiente, culpa por sentir culpa... ¡Y así sucesivamente!

La cultura nos aleja del aprendizaje colocando a los hombros un peso imposible de soltar: el de la culpa. Creyendo que el pasado nos encadena a una situación concreta no nos estamos permitiendo evolucionar y caminar ligeros de equipaje. Así que, por eso comparto esta meditación guiada contigo, para que sueltes de una vez por todas el pasado, lo que fue, te liberes de la culpabilidad y te perdones. 

Porque si existe la culpa, existe el miedo a no ser amado, a no ser suficiente, a tener que cambiar como si algo de ti estuviera mal. No hay nada errado, todo forma parte de tu evolución como alma. Lo que hiciste, sentiste o dijiste, no existe ya y de poco sirve más que para extraer un aprendizaje. ¿Qué te trajo eso? ¿Te trajo paz? ¿ Te trajo amor? En caso negativo... ¡No mereces entonces volver a hacerlo, sentirlo o decirlo! Es simple.

Según UCDM, en el capítulo 5 en el que habla de la culpa se indica: 

" El uso que el ego hace de la culpabilidad:

1. Tal vez algunos de nuestros conceptos se vuelvan más claros y significativos para ti si aclaramos el uso que el ego hace de la culpabilidad. El ego tiene un propósito, al igual que el Espíritu Santo. El propósito del ego es infundir miedo porque sólo los que tienen miedo pueden ser egoístas. La lógica del ego es tan impecable como la del Espíritu Santo, ya que tu mente tiene a su disposición los medios para ponerse de parte del Cielo o de la tierra, según elija. Pero una vez más, recuerda que ambos se encuentran en ti.

2. En el Cielo no hay culpabilidad porque el Reino se alcanza por medio de la Expiación, la cual te libera para que puedas crear. La palabra “crear” es apropiada en este contexto porque una vez que el Espíritu Santo des-hace lo que tú has hecho, se restaura el residuo bendito y, por consiguiente, éste continúa creando. Lo que es verdaderamente bendito es incapaz de producir culpa y sólo puede producir dicha. Esto hace que sea invulnerable al ego porque su paz es inexpugnable. Lo verdaderamente bendito no es susceptible de ser alterado debido a la plenitud de la que goza. La culpabilidad siempre altera. Todo lo que genera miedo produce disensión porque obedece las leyes de la división. Si el ego es el símbolo de la separación, es también el símbolo de la culpabilidad. La culpabilidad es más que simplemente algo ajeno a Dios. Es el símbolo del ataque contra Dios. Este concepto no tiene ningún sentido, excepto para el ego, pero no subestimes el poder que el ego le aporta al creer en él. Ésta es la creencia de donde procede toda culpabilidad."

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