Por Tara Davis
Leído por María Lizardo Gómez
Quizás eres como yo; tal vez esté confundida y busques desesperadamente orientación sobre cómo criar a tus propios pequeños (o grandes). Si no tenemos cuidado, nos ahogaremos en la culpa, persiguiendo la perfección en una fórmula de crianza tras otra. Pero escucha atentamente amigo, ¿escuchas eso? Hay una voz suave y apacible, llena de libertad y que suena clara por encima del resto. Es la voz del Señor, que te llama como mamá a aprender solo de Él y a encontrar paz en la bondad de Sus caminos.
“Grábate en el corazón estas palabras que hoy te mando. 7 Incúlcaselas continuamente a tus hijos. Háblales de ellas cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes.” Deuteronomio 6:6-7
Por Tara Davis
Leído por María Lizardo Gómez
Quizás eres como yo; tal vez esté confundida y busques desesperadamente orientación sobre cómo criar a tus propios pequeños (o grandes). Si no tenemos cuidado, nos ahogaremos en la culpa, persiguiendo la perfección en una fórmula de crianza tras otra. Pero escucha atentamente amigo, ¿escuchas eso? Hay una voz suave y apacible, llena de libertad y que suena clara por encima del resto. Es la voz del Señor, que te llama como mamá a aprender solo de Él y a encontrar paz en la bondad de Sus caminos.
“Grábate en el corazón estas palabras que hoy te mando. 7 Incúlcaselas continuamente a tus hijos. Háblales de ellas cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes.” Deuteronomio 6:6-7