Episodio 202: Opus Dei: religión, élite y control
Últimamente he estado viendo un documental en HBO Max llamado "El Minuto Heroico: Yo También Dejé el Opus Dei". Es una serie de cuatro episodios que cuenta la historia de trece mujeres que pertenecieron a esta organización y que ahora explican cómo fue su experiencia dentro del Opus Dei.
Vamos a empezar por el principio porque aunque casi cualquier persona en España sabe lo que es el Opus Dei, quizás no te es tan familiar para ti. Es una organización que pertenece a la Iglesia Católica, pero que funciona de una manera muy especial. En España, el Opus Dei tiene mucho poder, sobre todo en la educación, la política y los negocios.
Este documental que te comento me ha hecho pensar mucho sobre el poder del Opus Dei en España y especialmente sobre la gran diferencia entre cómo trata a las personas con más o menos dinero.
Antes de empezar, quiero recordarte que puedes encontrar la transcripción completa de este episodio en español y su traducción al inglés también (esto es nuevo) en la web spanishlanguagecoach.com. También puedes descargar las flashcards con el vocabulario clave de este episodio, totalmente gratis.
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Antes de hablar más sobre esto, quiero dejar algo claro desde el principio: este episodio no es un ataque contra la religión católica.
De hecho, yo estudié en un colegio católico y mi experiencia fue buena. En mi colegio, la religión no se imponía y yo creo que así es como debe ser. Nada era dogmático ni forzado. La fe tiene que experimentarse con libertad. De hecho, fue bastante interesante para mí estudiar en un colegio católico durante un tiempo porque surgían de forma habitual conversaciones bastante interesantes con los profesores (algunos de ellos curas, religiosos), sobre la fé, Dios, la religión o la Iglesia como institución.
Sin embargo, el Opus Dei no es como la Iglesia Católica tradicional. De hecho las personas que están dentro de esta organización representan una parte muy pequeña del número de católicos que hay en España. Es una organización que funciona con normas muy estrictas, secretismo y, sobre todo, un fuerte clasismo. Es decir, dentro del Opus Dei, las personas no son tratadas de la misma manera. Depende de si tienen dinero o no.
El Opus Dei fue fundado en 1928 en Madrid por Josemaría Escrivá de Balaguer, un sacerdote, un cura, español. Su nombre en latín significa "Obra de Dios", y esa es la idea central de la organización: creer que cada persona puede acercarse a Dios a través del trabajo diario, sin necesidad de ser monja viviendo en un convento o sin necesidad de ser cura. Su fundador decía que cualquier persona, en su vida cotidiana, podía hacer "la obra de Dios" si trabajaba con esfuerzo, disciplina y obediencia. Desde el principio, el Opus Dei promovió valores como la santidad en la vida ordinaria, la obediencia a la Iglesia y el sacrificio personal. Y luego hablaremos un poco más de estos sacrificios, porque llegan a ser incluso sacrificios físicos. Sin embargo, con el tiempo, la organización se hizo muy poderosa y empezó a tener influencia en sectores como la política, la educación y la economía, especialmente en España y América Latina. Y aunque como digo oficialmente es una parte de la Iglesia Católica, su funcionamiento es bastante distinto y ha sido criticado por su secretismo, su disciplina extrema y su jerarquía muy rígida. Y yo añado de nuevo, por su clasismo.
Mi familia materna tuvo contacto con el Opus Dei en los años 80. En esa época, mi abuela murió cuando tenía poco más de 40 años, y poco después, mi abuelo también falleció.
Mi madre y sus ocho hermanos se quedaron huérfanos (sin padres). Son nueve hermanos en total, y muchos de ellos todavía eran niños o adolescentes. Además, la situación económica no era buena, ya que era una familia muy numerosa que había llegado a la ciudad hace poco y vivían al día, es decir, no tenían ahorros ni una herencia de la que podían vivir.
Algunos de mis tíos vivieron un tiempo en orfanatos, pero mi madre y sus dos hermanas mayores entraron en contacto con el Opus Dei a través de unas conocidas.
El Opus Dei les prometió educación, formación profesional para poder encontrar un trabajo mejor y, en definitiva, un futuro mejor.
Mi madre me cuenta que le prometieron que aprendería a tocar la guitarra. Ella estaba muy ilusionada, porque siempre había querido aprender. Pero después de varias semanas, se dio cuenta de que nunca aprendía nada.
Lo único que hacían era:
Con el tiempo, mi madre y sus hermanas se dieron cuenta de que no era el sitio para ellas y pudieron salir. Pero no todo el mundo ha tenido esa suerte.
Y aquí tenemos que hablar de dos conceptos muy importantes: persuasión y coerción.
La persuasión es cuando alguien te convence de hacer algo, pero sin obligarte. Es decir, te presentan la idea de una forma atractiva, te muestran los beneficios y, al final, tú decides libremente si aceptas o no.
La coerción, en cambio, es diferente. Aquí ya no hay una elección real, porque hay presión psicológica, miedo o incluso manipulación. No te dicen directamente "tienes que hacer esto", pero te van aislando de tus amistades y tu familia, te hacen sentir culpable si dudas, y poco a poco pierdes tu libertad para tomar decisiones.
En el Opus Dei, muchas personas entran por persuasión. Al principio, la organización les ofrece formación, apoyo y comunidad. Les dicen que podrán crecer, que encontrarán un propósito y que su vida tendrá sentido dentro de la "obra de Dios". Todo suena positivo.
Pero una vez dentro, muchas personas empiezan a experimentar coerción.
Así es como el Opus Dei consigue mantener el control sobre sus miembros. No te obligan con la fuerza, pero usan el miedo, la culpa y la presión social para que nunca te vayas.
Muchas personas que entran en el Opus Dei no pueden salir fácilmente.
Por ejemplo, en Argentina, 43 mujeres denunciaron al Opus Dei porque las obligaron a trabajar muchísimas horas sin recibir dinero. La justicia aceptó la denuncia y ha imputado a varios responsables del Opus Dei.
En España, sin embargo, ninguna denuncia ha llegado a resolverse. Y esto puede parecer algo extraño, ya que es el país del mundo con más miembros dentro de esta organización. Sin embargo, hay una razón para esto, y es el poder que ha conseguido acumular esta organización en la educación, la política, la judicatura (los jueces y juezas), e incluso los medios de comunicación.
Pero antes de hablar de esta élite española con tanto poder quiero explicarte cómo el Opus Dei es una organización jerárquica y cerrada, con distintos niveles de compromiso y control sobre sus miembros.
En primer lugar tenemos a las numerarias y numerarios.
Son las personas que se dedican completamente al Opus Dei. Viven en centros de la organización donde trabajan en trabajos físicos normalmente, no pueden casarse ni formar una familia y entregan todos sus ingresos al Opus Dei. Se espera de ellas que sigan una disciplina extrema, que incluye mortificaciones físicas.
Si son numerarios o numerarias, deben entregar todo su sueldo, seguir normas muy estrictas y aceptar sin cuestionar lo que les dicen. Si presentan dudas, les repiten que eso es porque su fe no es suficiente o porque están siendo "tentados" por el mal. Y si quieren marcharse, les dicen que están abandonando su vocación, que van a decepcionar a Dios o que fuera de la organización no serán felices.
¿Cuál es el perfil de personas que acaban siendo numerarias?
Personas vulnerables, especialmente económicamente. El hecho de que mi madre y mis tías intentaran ser captadas por esta organización ultracatólica no es casualidad. Eran el blanco perfecto. Muy jóvenes, con poco recursos económicos y vulnerables emocionalmente.
Este perfil de persona es perfecto para ser numeraria ya que la organización se asegura mayor compromiso y sobre todo mano de obra gratis, gente que trabaja para ti y te dona su salario. Eso sí, lo hacen “voluntariamente”. Y luego hablaremos más de lo que significa hacer algo libremente o voluntariamente.
Otra categoría dentro de esta jerarquía son las personas supernumerarias.
Son personas con un compromiso fuerte con el Opus Dei, pero que sí pueden casarse y formar una familia. No viven en los centros de la organización, pero siguen sus normas y hacen donaciones económicas.
Después están los agregados y agregadas.
Son personas que también siguen las normas del Opus Dei, pero con menos restricciones que los numerarios y numerarias.
Y por último tenemos a las personas cooperadoras.
No son miembros oficiales, pero apoyan la organización económicamente o con influencia en distintos sectores. Aquí entran muchas personas con poder en la política, los negocios o la educación.
Y ahora vamos a hablar de uno de los aspectos más controvertidos de esta organización. La de los sacrificios, concretamente los sacrificios físicos.
Dentro del Opus Dei, las mortificaciones corporales son una práctica común. Se considera que el sufrimiento físico ayuda a purificar el alma y fortalecer el carácter.
Aunque hay varias formas de hacerlo, te voy a comentar las más conocidas:
Ayunar es no comer, por eso cuando comemos por la mañana, rompemos el ayuno, es decir, desayunamos,
Desde fuera, estas prácticas pueden parecer extremas, pero dentro del Opus Dei se presentan como un acto de humildad y de obediencia a Dios, y son bastante frecuentes.
Y volviendo al tema del elitismo y el clasismo. ¿Es casualidad que las personas con menos posibilidades económicas acaben entregando toda su vida a la obra, y que personas con una mejor posición económica estén en otro rango de la jerarquía? Pues no lo es, claramente.
Hay una expresión en España que me parece horrible: ser de familia bien, o ser de buena familia. Esto significa tener dinero. Si no tienes dinero eres de mala familia, imagino.
Si una persona de “buena familia” entra en el Opus Dei, normalmente se convierte en supernumerario o cooperador. Es decir, puede hacer negocios, formar una familia, vivir su vida con independencia y aprovechar la red de contactos de la organización.
Sin embargo, si una persona de clase trabajadora entra en el Opus Dei, lo más probable es que termine siendo numeraria o agregada, viviendo en centros de la organización, trabajando para ellos y entregando todo o gran parte de su dinero.
Las personas ricas usan el Opus Dei como un medio para avanzar en la sociedad, mientras que las personas con menos recursos terminan sirviendo a la organización, sin obtener nada a cambio.
El Opus Dei no es solo una organización religiosa, sino una red de poder con gran influencia en España, especialmente en la política, la banca, los medios de comunicación y la judicatura. Históricamente, ha tenido ministros en el Gobierno, conexiones con bancos como el Banco Popular, presencia en medios conservadores y jueces formados en sus universidades, lo que le permite proteger su imagen y evitar escándalos. Para quienes tienen dinero, el Opus Dei es una excelente vía para hacer contactos y avanzar en su carrera; para quienes no lo tienen, suele significar trabajo, obediencia y entrega total a la organización, sin acceso a los mismos privilegios.
Después de todo lo que hemos hablado, puede que muchas personas piensen: "Bueno, pero si alguien está en el Opus Dei y no le gusta, que se vaya, ¿no?". Y en teoría, sí, cualquiera puede marcharse. De hecho el Opus Dei siempre responde a las críticas diciendo que nadie está obligado a quedarse, que todo el mundo está ahí por voluntad propia.
Pero la realidad es mucho más compleja.
Aquí es donde entra un concepto muy importante: el mito de la libre elección. Muchas veces pensamos que todas las decisiones que tomamos son libres, pero ¿realmente lo son?. Si una persona está dentro de un sistema donde desde el primer momento (y a una edad muy temprana y vulnerable) se le aísla de su familia y de sus amistades, se le repite constantemente que su vida fuera de la organización no tendrá sentido, y se le somete a una presión emocional y psicológica enorme, ¿podemos decir que está eligiendo libremente quedarse?
El Opus Dei, como muchas otras organizaciones cerradas, utiliza técnicas de control muy sutiles que hacen que salir sea muy difícil. O sea, no hay una puerta cerrada con llave, pero el muro psicológico que se construye es altísimo. Es como estar en una jaula con la puerta abierta, con un miedo terrible a salir. Algunas de las circunstancias que describen las personas numerarias que han conseguido salir cuando se les pregunta por qué no lo hicieron antes son:
Por eso, decir que "todo el mundo está ahí voluntariamente" es simplificar demasiado el problema. Claro, no hay guardias ni candados en la puerta, pero la estructura del Opus Dei está diseñada para que salir sea emocional, psicológica y económicamente difícil.
Salir significa romper con todo lo que conoces, con las personas que te rodean y, en muchos casos, enfrentarte a una vida completamente nueva sin apoyo ni recursos. Y eso da miedo, sobre todo si llevas años dentro.
Por eso, aunque en teoría cualquier persona puede irse, en la práctica muchas se quedan porque no ven otra opción. Porque salir significa perderlo todo y empezar de cero, y no todo el mundo tiene la fuerza o las herramientas necesarias para hacerlo.
Este es el verdadero problema del Opus Dei y de muchas organizaciones similares: no es que la gente no quiera salir, es que el sistema hace que salir sea extremadamente difícil.
Muchas gracias por llegar al final del episodio, estudiante. Si te ha gustado este episodio y quieres apoyar el pódcast, puedes dejarme una valoración en la plataforma donde me escuchas o recomendar este episodio a otra persona que esté aprendiendo español.
Nos escuchamos en el próximo episodio. ¡Un abrazo grande!